Buscamos solución a nuestro problema. Esa solución ambos la sabemos, pero no la queremos asumir. Duele. ¿Por qué duele? No lo sé. No devería doler, pero duele igual. Se suponía que era un juego, todo comenzó con un juego, pero el juego se prolongó. Se prolongó lo suficiente como para que nos duela. ¿Y si no buscamos esa solución? ¿Seguiremos estando como estamos? No, definitivamente no; no quiero eso. No puedo confiar en vos, no puedo creerte, no sé quién sos, no te conozco.
Es todo tan complicado, vos sos complicado, yo soy complicada. Somos complicados. Nuestro entorno, la situación, la hora, todo complica nuetras cosas. No quiero pensar en esa solución, pero seguro es lo mejor.
No sos nada para mi, pero no puedo evitar pensar en vos. ¿Qué hago? ¿Qué hacemos? Me dijiste que te pasas el tiempo libre pensando en mi pero yo no te puedo creeer. ¿Por qué no te puedo creer? Me decís eso y no haces nada. Pierdo mi tiempo esperando que me llames, esperando que te preocupes por mi, esperando que me regales una mirada, una sonrisa.
Ya me decidí. No se sí será lo mejor, pero no puedo seguir así, seguir en la nada. Quiero llegar a la solución. Me harté, de vos, de mi, de lo que me haces sentir, de todo. Me harté de todo.
Sé que la solución me va a hacer mal, me va a hacer daño, pero prefiero hacerme daño yo misma por elección propia a que me hagas daño vos, porque ese dolor, ese sufrimiento es peor. Voy a llorar, voy a pasar malos momentos pero no me importa. El tiempo va a pasar y yo me voy a olvidar de vos.
La manzana se partió en dos y cada pedazo se cayó de un lado distinto de la mesa. Siguieron rodando, cada uno por su lado.
A/Pple. C'est finit.
A/Pple. C'est finit.
